Entre tus narices

El legado de tus narices
es más grande que el de tus piernas,
manda narices
que solo me acuerde de ellas.

Me parece más increible
que aun siendo tan pequeñita
te hagas tan grande
en los locos que te prueban.

El legado de tus narices
me dice que estás abandonada,
que ya no sigues
los sueños que te regalaba.

No finjas estar ausente
escondiéndote en las esquinas
de mi mente
para evitar llegar a la meta.

Hace tiempo que sabes tu suerte
y no hay más tiempo en la parábola
de olvidarte
que el susurro de mi fiel amante.

¿Quererte?

Tan cariñosa y también pasional,
tan arrogante y también desmedida,
calmada y desfasada,
tan niña y señora,
tan tranquila y guerrera
vestida o desnuda.

Tan pícara y coqueta,
tan traviesa y quieta
que haces de la cama
una aventura inesperada.
Te quiero por estas
y muchas más razones.

Te quiero seca o empapada,
feliz o desanimada,
alegre o enfadada.
Te quiero toda en tu medida,
en calma y despiadada,
serena y acongojada.

Te quiero por cómo das batalla
si te sientes abandonada,
te quiero por cómo das importancia
al valor de las palabras,
te quiero porque eres diosa
y formas parte de la nada.

Te quiero por muchas razones
que mantengo calladas,
porque me odias y amas.
Te quiero porque guardo escondidas
todas las caricias
que hace tiempo me dabas.

La fea, la mala y la buena

No hay rutina que no me invite
un minuto al día a recordarte,
buscando con mirada perdida
donde aún no ha buscado nadie;
montaña rusa de sentimientos,
entre querer y olvidarte está el tiempo.

Ya no vale montar el andamio
con los besos que una vez nos dimos
pa` llegar a mi luna gitana
que en un ataque de tu soledad
mueve con arte y gracia sus manos
para tocarte si yo no lo hago.

Perdí el tiempo bailando con la fea,
olvidé en la carcel a la mala
y avandoné al ocaso a la buena:
cansada de tan larga espera
abre las piernas por donde quiera
"confundo antónimos de amor" dice.

Sin irme se me olvidó el volver.
Un truhán es solo medio gañán
que no miente si dice "te quiero",
pero sí te esconde media verdad
cuando calla más de lo que dice
sabiendo que todo es pasajero.

Jugando al escondite

Incluso un hasta nunca mal medido,
con las idas y venidas de la vida,
puede convertirse en un hasta luego
precipitado y dañino con el tiempo.
O puede convertirse en un hasta siempre
y dejar de lado el siempre por siempre.

Incluso un hasta nunca mal medido
me puede llegar a ser alegre,
por mucho que me lo niegues, puta mía,
siempre que me pierdo en otra caderas
y me doy cuenta que fuiste un juguete
del que jamás supe deshacerme.

Tal vez por mi comportamiento estúpido
o por enredarme entre las sábanas
de las que no pude despegarme a tiempo.
O puede que haya sido yo el juguete
al que dejaste ganar por momentos
para entretenerte cuando te aburres.

Puede que tu nunca
y a veces mi tal vez
no sean tan distintos
como en ocasiones pensamos,
o que me llames por momentos
y hagas que te has equivocado.

También es probable
que juegue al despiste,
que lo haga tan bien
que ni yo me encuentre,
tan sumamente bien
que sea inocente.

Porque eres diosa y puta

Porque de día eres más que una diosa
y das un giro completo al atardecer
para ser la más puta de la noche,
porque te haces desear entre los hombres
pero nunca te bajas del todo las bragas
por el temor de llegar a enamorarte.

Porque dejas entreabierta la ventana
para que entre a tu cuarto quien quiera
y sin embargo nunca estás acostada,
porque siempre quieres darte por completo
y desconfías de todos los que te aman
por darte más importancia de la que tienes.

Porque solo muestras una fachada
y a pocos puedes mostrar tus adentros
para no ser más codiciada de lo que eres,
porque siempre miras con ojos de gata
pero te mueves como una pantera
y eres capaz de secar al más candente.

Porque no tienes más templo que tus piernas
y sabes de todo lo que eres capaz
aunque nunca lo hagas por pena,
porque también eres común y única,
porque eres demasiado grande en ideas
y sin embargo tienes la lengua corta.

Porque sabes combinar con gracia
ser gata, diosa, puta y pantera,
porque no tienes nada que envidiar
a las musas que tanto invocan los poetas.
Por esto y por los lunares que escondes
es por lo que sigues rondando en mi cabeza.

Comerte y beberte

Intentarlo a ciegas
y comerte de lleno la boca,
saciarte a medias
por dejarte insatisfecha y volver a repetir,
apagar el fuego
para avivar al rato las cenizas.

Robarte el alba
recuperando todos tus gemidos,
dejar el colchón
en el suelo y llevarte al Nirvana,
torcer la vista
y moverte como una pantera.

Apagar la luz
y que parezca congelarse el tiempo,
dormir contigo
solo en sueños por miedo al rechazo,
estarme quieto
por verte crear una hilera de pasos.

Sentirme vivo
y morir de noche si no abres las piernas,
quererte siempre
y olvidar mi amor en cinco minutos,
beberte toda
y tener sed de ti a cada instante.

Contar las veces
que muero al día por imaginarte,
romper las fotos
y tenerte grabada al milímetro,
desgrabar las horas,
robarte el sueño,
tenerte lejos
y en mis tiempos libres describirte.

El culo de mi escalera

Mi escalera se ha quedado sin peldaños,
han perdido el rastro
del culo más bonito que nunca ví,
a medio construir,
a medio construir ha quedado en el olvido.

Mi escalera está hecha de barro,
el mismo en el que me hundo
cada vez que intento escribir
y cometo sin querer el descuido
de darte rienda suelta.

No encuentro nada y tampoco lo busco,
ya no busco tus manos,
ni adornarme en tu pecho.
No quiero correr para alcanzarte,
fumo en exceso y muero.

Si en algún momento te preguntan por mí
di que me perdiste de vista
mientras subía la escalera abandonada,
corriendo tras el rastro
del culo más bonito.

Dedos al desnudo

Hoy mis dedos entrelazados,
con los pulgares girando sobre si
se acuerdan de ti,
saben a ti,
huelen a tus adentros.

Es solo ese entonces
cuando me miro al espejo,
vestido
pero me veo desnudo
a falta de tu presencia.

Da igual el tiempo que pase
mirándome fíjamente
o haciendo gestos,
como si estuviese tocando tu cuerpo,
mi reflejo siempre está quieto.

Giro los dedos frente al espejo
pero no hace ningún movimiento,
estás lejos de aquí
y mis dedos saben a ti,
aún se acuerdan de ti.

Tal vez me encuentre bajo el hechizo
de mi diosaputa
que en acto de rebeldía,
sin tener un motivo aparente,
me recuerda que ya no estás aquí.

Tal vez se hayan perdido
entre tantas sábanas
y buscan desconsolados
volver contigo,
tocar esas curvas redentoras
que un día memorizaron.

Por mucho que lo intento
mi reflejo sigue inmóvil,
se borra con el paso del tiempo
y mis dedos siguen rotando:
me falta a mi lado tu reflejo.

Sin saberlo

La habitación en penumbras,
el corazón oscurecido.
Si lo hubiera sabido...

Sé que los motivos sobran
para soñarte despierto,
para amarte como lo hago.

Pero me faltas en mi cama
y me atracan los bandidos:
vienen a robarme los sueños

que nacen de tu espalda.
Saben que te necesito
como de la mañana el sol.

Y posa una mariposa.
Te pareces a un sueño
ligero como el viento.

Yo probaré de tu boca
sus más deseados recuerdos
en forma de un simple beso.

Cara o cruz

Jugándome al giro de una moneda
olvidarte o recordarte
da igual del lado que caiga,
siempre toca retenerte.

Cuando tu recuerdo
demabula como un sereno
por las calles de mi memoria
y sigues molestando.

Tocando las narices
como lo quiere mi diosaputa,
jodiendo a diario
tal y como a ella se le antoja.

Con las manos llenas de escarcha,
mañanas calurosas,
tardes tristes
y noches congeladas.

Solo puedo quererte hasta los huevos
cuando el calor ahoga
y el frío aprieta
en el momento equivocado.

Aquí me tienes jugándote a suertes
con el giro de una moneda
a cara
o cruz.

El éxtasis

Dame locura. Tú solo dámela,
que yo me encargo de poner el resto.
Si acaso eso te pareciese muy poco
con sumo gusto yo lo resuelvo.

Pero dame la locura de tu boca,
que no habrá por deseo ni firmamento.
El deseo es el éxtasis del cuerpo
ajeno que recorre todo el tuyo.

Dichosa sea aquella lengua que pueda
con sus poros pasar por la grieta del entanto
que sitúas por debajo del ombligo.

El éxtasis crea una rima sin par
entre júvilo, jadeos y gemidos,
y son las manos que rozan tu pecho
las que van activando los sentidos.

No digas cómo tuerces la mirada
cuando del gozo nacen los suspiros,
y dime que en mis versos me equivoco
pero déjame gozar de tu exilio.

Cuéntale, viento, cuéntale

Escribiré un poema en vano
para hacerte que vuelvas
y besar tus blancas manos.
Pero tú ya no volverás,
seguimos con este daño
de tus juegos y tus tretas.

Me follaré con el tiempo
a esta maldita tristeza
que espanta todos mis sueños;
por darte vida sonora
y liberar a mi ingenio
ganas tú y muere el artista.

Que pase el viento, que pase,
que me cante de tus cuentos,
que me narre de tu vida,
que te diga que soy muerte
cuando mendigo tus besos,
pero que también soy vida.

Flores de aldulterio

La flor de mi adulterio quiere matarme
a quemarropa
cada vez que abre los ojos,
por todas las medias mentiras
que se hacen verdad si salen de su boca,
por todo cuanto no hago
pero pido perdón porque sé que lo haré.

Habla de mí en pasivo para confundirme,
sabe que no domino los verbos
y solo manejo el tiempo pasado,
por las despedidas que guardo a la espalda
que dan rumbo a mi vida,
por todo mis errores pretéritos
que siguen castigándome.

Guardo en una caja todos tus recuerdos,
cerrada bajo siete llaves
que dan a las puertas del infierno,
no quieras abrir lo que puede aterrarte
si descubres que dentro no hay nada,
por todo el veneno que te dan
y que tú me escupes sin resentimiento.

O puede que al abrirla te encuentras con la verdad,
que te quiero por muchas razones,
por cómo te mueves,
por cómo bajaron las bragas,
por cómo me bailabas,
pero sobre todo
por cómo me besabas.