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jueves, 28 de marzo de 2013

Nostalgia esquiva

El tiempo ahoga y a la vez esquiva
de un pasado mi presente futuro,
no hay nada seguro
en mi mundo lleno de camas vacías,
besos escuetos en labios rojizos
y si fuese mi caso,
una mirada sorda y fugitiva.

Quiero romper las barreras que impiden
atarte a mi cama cuando te sueñe
dormecida a mi lado;
si mi balandra surca ya tu luna
no entiendo por qué estoy aquí solo,
ni de qué tengo miedo.
No siento amor pero sí nostalgia.

Mi nostalgia nace en estos celos
que me dan cada noche tus sábanas
si se acurrucan en ti
mientras olvidas el calor que tengo.
Ya no temo a la suerte de mi muerte
ni temo a mi presente:
tengo miedo a no poder retenerte.

Olvidado de mi incierto pasado
me sigo balanceando en tu mente
como lo que fui y seré.
El futuro que pudo llenar tu vida,
el pasado que inconsciente te llena
esta alma taciturna
en noches de luna llena y ternura.

El tiempo ahora y a la vez esquiva
mientras nos va mostrando la salida
que ambos podemos ver
si apartamos los miedos y pensamos
que de seguro no somos el final
de nuestras tristes vidas,
pues eres mi fin y yo, no tengo duda. 

Entre recuerdos

En el permanente estado en espera
de mi fue no hay un será posible,
ni quiero ya que lo sea,
y es la misma lluvia que no me moja
quien llama a mi puerta con tu recuerdo.
Su frío me trae tu aroma
y no hay abrigo que pueda darme
el sosiego que mi alma necesita.

Quizás sea este tiempo
el que me hace sentir melancólico,
tal vez sea el imposible de querer
lo que no puedo
o que sea mi tristeza
por la que hago este arrepentimiento
absurdo e injustificado a destiempo.
No intentéis comprenderme, ni yo puedo.

Ahora que el tiempo lo dice todo
y en el silencio soy solo uno más,
balanceo incansable mi ansia esquiva
un poco más
por matar a la sombra de mi espejo
y no ser de nuevo todo cuanto fui.
Aunque sé que tendré iguales errores
por mucho que me esfuerce.

Dueño y señor de mis actos y versos,
sin buscar siquiera futura gloria,
solo quiero un cruce de miradas
que termine sin ropa
y la voz de mi instinto,
por primera vez en toda mi vida,
guarde mi podrida y desdentada alma
en mi recuerdo y llanto.

sábado, 23 de marzo de 2013

Carta de despedida.



Triste y oscura despedida de celos, refriegas y demandas. Tristes como tú las querías, y ahora, dueña de mi alma, arrebatada mi pasión, te ofrezco mi bandada de pájaros espantada. Pájaros que habitaban en mis sueños si despierto te veía al alba; ahora que no estás andan perdidos, como tú y como yo, como mi alma.

Triste y oscura la hora en que te despediste entre árboles y sombras, césped y ramas que solo yo veía; eras tú quien las ocupabas. El viento de la noche era escueto pero cantaba baladas tristes, palabras tristes, salían de tus labios; llegaban a mi alma. Eran tristes, sí, muy tristes, todo estaba oscuro y era yo quien lloraba. Desgarradoras lágrimas, a ti no te importaba: pausada, sosegada y serena, como tú las creaste, como yo la amaba.

Ahora el viento ruge fuerte en horas esquivas y noches tristes, como tú lo amas, como yo nunca quise. Qué cálido era el anterior invierno, el que tú me diste, el mismo que yo amaba, y no este invierno parafernálico que se adentra en los huesos sin consuelo ni remedio, el que no añoraba, el mismo que tú me mandas. Si no tuviese las manos encalladas, serían agrietadas por la escarcha que deja todas las mañanas las lágrimas en mi almohada.

Pecaminoso camino el que recorro dando tumbos, buscando besos en los versos que te escribo, describo a mi musa y la convierto en barro pero queda adormecida en tu regazo. Disculpa si te hablo demasiado romántico, es la añoranza quien me manda tal desacato, que no sea el humo del tabaco ni el alcohol que trago quien te traiga de soslayera, si así fuera, vida mía, yo de un plumazo a mi ingenio con el olvido mato.

Debes saber, alma de mi alma y dueña de mis actos, que el primer “hola” que me mandes se convertirá en el primer “adiós” que yo te cante. Que hay quien se olvida de lo que buenamente puede, y yo, al no estar contigo, me olvido del tiempo.

Lo peor del olvido

La felicidad está entre tus piernas
y en las baldosas que pisas al andar,
pero se enfrían siempre que te alejas
y separas mi camino de tu caminar.

Lo peor del olvido es cuando no llega
y parece que se olvida de mí,
lo malo de los sueños son su atrevimiento
de soñar contigo aunque no lo quiera.

Lo peor del olvido son los sentimientos 
que se deja por el camino,
esta mísera sístole gangrenada
en esta calle sin destino ni salida.

Lo malo de ser un mal poeta
es esta ausencia de amor y sentimientos,
poeta de alcoba de una sola noche
y al amanecer ni un solo reproche.

Quisiera ser un gladiador
y morir con la espada en la arena,
pero no hay arena ni batalla,
solo papel y tinta y melancolía.

Lo peor es pedir un imposible:
cuando llegue el olvido que te nombre mi juez
para que no sientas pena
y caiga sobre mis hombros tu condena.












jueves, 21 de marzo de 2013

Publicación de "Al nacer el olvido"

Han sido muchos años de esfuerzo, horas y horas muertas sobre folios y con bolígrafos o pluma en mano para intentar mejorar día a día. Carente de ingenio y de una mente privilegiada me basta el esfuerzo y las ilusiones para haber conseguido sacar esto adelante y, por supuesto, no se va a quedar aquí, ahora llega lo más dificil: subir poco a poco para llegar a ser alguien.

Contra viento y marea, en contra de mis sentimientos y desnudándome de todas las formas posibles, con críticas, risas, gente que podía decir que estaba perdiendo el tiempo o, simplemente, que todo esto era un arrebato despechado solo para hacer daño. Contra viento y marea.

Es cierto, corren tiempos difíciles, pero siempre viene bien recordar antiguos sentimientos, os animo a todos a comprar "Al nacer el olvido". Los valientes que se atrevan se lo agradeceré de corazón y espero que les signifiquen estos míseros y pecaminosos poemas más de lo que a mí me significan.

Tened siempre en mente que un poeta siempre se deja desnudar en lo que escribe, pero somos mentirosos y lo hacemos tal y como queremos que sea sin que lo sintamos. Un saludo y muchas gracias a todo aquél que me lea aunque sea solo en este Blogg.

martes, 19 de marzo de 2013

Reflexión previa al silencio.

Aquí os dejo otro trocito de un capítulo de la novela en la que estoy trabajando, espero que os guste esta "pequeña paranoia":



No, esa noche no se podía dormir, la luna en complot de las estrellas nos tendieron una trampa. Decidieron mantenernos inquietos con los ojos bien despiertos, en alerta, pese a estar bien resguardados. Su decisión era clara, el manto de la noche no arroparía por esa vez a todo el que estuviera en esa casa. Esa noche no, esa noche la muerte rondaba nuestra puerta con sigilo, sin prisa, para cerciorarse de no fallar en unas muertes que tenía y sabía ser prácticamente suyas.



Desaparecer, cerraba los ojos con fuerza pensándolo una y otra vez “desaparecer, desaparecer, desaparecer…” imaginaba estar en cientos de lugares distintos con la esperanza de abrir los ojos y que todo fuese un mal sueño. Pero no, era tan real como la vida misma, la puta y cruel realidad que pasa estrambótica para todo ser viviente sin discriminar a nadie.



Por mi mente solo vagaba el pasaje de Shakespeare que había leído tantas veces en Hamlet: “Ser o no ser: ésta es la cuestión. ¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta u oponer los brazos a este torrente de calamidades y darles fin con atrevida resistencia?”



Lo cierto es que estaba enamorado de esa frase pero le daba una connotación muy distinta a la original. Sí, ahora sí sabía lo que significaba. Echarle un par de huevos y plantar cara a la injusta vida, negarse a sufrir calamidades que no merecemos o, por parte contraria, resignarnos, estarse quieto y esperar una muerte injusta. Yo no tenía muchas opciones, podía negarme pero, sin duda alguna, no podía hacer nada para cambiar la situación. Yo solo era un títere secundario.


Desesperado decidí dar un paso al frente, me armé de valor, sin moverme del sofá, sin dejar de fumar y sin hablar con nadie. Le pregunté al silencio, sin ánimo, era prácticamente imposible que el silencio respondiese, pero fue, el silencio tenía voz y por tanto tendría nombre.

lunes, 18 de marzo de 2013

Entre grillos, funcionarios y enfermeras.



Silencio. Solo había silencio, iba a juego con las paredes blancas del pasillo. Di una vuelta, estaba inquieto y me entró la curiosidad de saber qué más había allí, pero nada, una habitación tras otra, por lo menos tenían el detalle de ser habitaciones individuales. Mala noticia, las habitaciones individuales son solo para moribundos, todo eran viejos o casos graves de infartos y otras enfermedades graves que cortaban el árbol de la vida.

Allá a lo lejos, un pequeño mostrador, asomaba una enfermera, aunque más bien parecía que el teléfono era quien la sostenía a ella. Es impresionante como algunas personas se pueden abstraer en el círculo vicioso que se crea con uno mismo, ese pequeño aparato y una persona incorpórea a nuestros ojos. “Así va este puto país” pensaba otra vez para mí, lo cierto es que con la mierda de la telefonía todo aquél que tuviese unas oposiciones, se pasaba su trabajo por su propio sexo.

Hablar, hablar y más hablar, trabajar lo justo para no ser despedidos, llevar pastillas y comida, nada más. En verdad yo también había pensado un par de veces hacerme funcionario para no sudar ni gota, pero se me olvidó el requisito fundamental: el café. No me gusta el café de máquina, solo calentarme leche y echarle una o dos cucharadas de café descafeinado, así que no cumplía los requisitos mínimos para ser un huevón funcionario sin preocupaciones y un sueldazo del copón por no hacer nada.

Un grillo. Los funcionarios me recuerdan a los grillos y las enfermeras no son una excepción. Se pasan la vida entre las ramas y flores en donde tarde o temprano morirían, nada es perenne, todo lo que vive tiene que morir. Cantando, como si escondidos pasaran desapercibidos, pero su peculiar canto, estridente y a la vez hermoso, te dan fácil su localización aunque no los puedas ver. “Buena metáfora” pensé, las enfermeras también se esconden y pasan sus días escondidas hablando por teléfono y sustituyen sus ramas y sus flores por los pacientes que, tarde o temprano, acabarían por morir en sus camas. Camas con mantos verdes para emular los pastos de césped. “Todo muere, grillito, ahora entiendo por qué no tenéis prisa en este campo.”

domingo, 10 de marzo de 2013

Natura falló.



Mi amor, pensé que era imposible
Superar la belleza que Natura
Regaló a los hombres con tus pupilas,
Mas, ay, que equivocado estaba al pensar

Que tu belleza había llegado
A lo más alto de su esplendor, mas
No sabía que Natura, traicionera,
Te hizo más hermosa que a ella misma.

Yo por ello reprendí a Natura: tú
Poseedora del tiempo, no te atrevas
A poner tu hoz en el rostro de mi amor.

Si lo hicieras, yo, del tiempo mi nombre
Rasgara, y el suyo, más digno que el mío,
A golpe de pluma grabaré en tu hoz.