sitios de interes

viernes, 14 de junio de 2013

Entre renglones torcidos.

Mi vida se escribe en renglones torcidos que no pueden enderezarse por sí mismos. A veces, a veces los llamo e intento convencerlos de que ellos solos pueden conseguirlo, otras veces son ellos por su cuenta quienes lo intentan. A veces, como de costumbre, como casi siempre no lo consiguen porque se encuentran perdidos entre las nubes de sus piernas o intentando rizar aún más el rizo de su pelo.

Mi vida se escribe en los renglones torcidos que dan a mi infancia. En el recuerdo de ese absurdo juego que era la rayuela, pintada con tiza en una calle cualquiera. Mi vida eran esos saltos, la pata coja y el cruce de piernas para llegar a la meta a la par que tiraba la pequeña piedra. Pero ya solo quedan unos pocos recuerdos que sé, por suerte o desgracia, que no podré volver a revivir.

Es esta ausencia de sentidos, el renacer de las palabras moribundas. Es creer en un dios que no existe más allá de tus caderas o mis narices, según me venga en gana. Es la soledad, mi puta soledad, la única que escribe el transcurso de mi vida, y lo hace, con renglones torcidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario