Me quedan en el interior
cuatro dudas.
Saber quién soy a estas alturas,
domar los sentimientos
y corromper las dudas
de cuánto y qué
o quererte a oscuras.
Si coger mis manos de poeta herido
y lanzarme al vacío,
llenar la soledad
con la ausencia del vino
o matar los versos
de tu olvido.
Y siguen quedando un par de dudas.
De si mis pies marcan el camino
o retroceden
si por momentos me pierdo
y vuelo solo cuando estás aquí
pero no estoy contigo.
Si vendrás a recoger la sal
que dejaste en mis labios,
si vendrás al tiempo
o te irás para no volver,
volver al tiempo
y con tiempo
el olvido.
Me quedan en el interior
cuatro dudas,
no es que sean muchas,
solo cuatro
que marcan mi destino.
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